viernes, 2 de julio de 2010



De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

Mario Benedetti

No se me ocurre otra forma mejor de finalizar este blog, que este poema de Benedetti. Espero que siempre dejemos entrar a la alegría cuando tire piedritas en la ventana, que estemos atentos a ese ruido por muy minúsculo que sea. Sé que lo hace todos los días, solo hay que agudizar el oído.

Gracias a todos los que habéis pasado en alguna ocasión por este sitio y sobre todo a aquellos que me habéis regalado alguna vez vuestras palabras.

Hasta siempre.


sábado, 26 de junio de 2010



Acariciarlo todo sin aferrarse a nada.

(Una gran meta).


miércoles, 23 de junio de 2010



La naturaleza hoy, en el día más largo del año, debe andar borracha de luz. Hay que celebrarlo. Voy a encender mi hoguera particular en mi playa particular y bailaré alrededor de ella esperando a que acabe la noche. Las noches siempre acaban por muy largas que sean, pero esta noche el día llegará pronto, la oscuridad será más corta.

Quizás hoy nuestras penas, las negras, si las tenemos, durarán menos.

sábado, 19 de junio de 2010



Si hay un lugar para todo
si alguna vez todo vive en su lugar

en ese límite
entre lo que aparece

y lo que desaparece

entre lo que se oculta
o se desvela

donde lo invisible

sea solo un punto
inútil,
anecdótico

de la existencia.

Si hay algún sitio

donde lluevan llaves

o mejor dicho

donde no haya puertas

algún sitio donde depositar la sed

o la muerte

o los paraguas perdidos

o las cartas que se queman

o las palabras sin usar

o los días que pasaron
o la ternura no entregada.


Si existe un lugar para todo
hay una posibilidad de que el recuerdo
aún pueda estar a salvo.

martes, 15 de junio de 2010



Una compañera de trabajo me contó el otro día que en cierta ocasión pasó por una depresión, y tuvo que tomarse un medicamento muy fuerte que la dejaba casi del todo insensible. No sufría por nada, pero tampoco gozaba por nada. No tenía deseo de ningún tipo; ni sentía ni padecía. Por supuesto, una temporada así le vino muy bien para recuperarse, pero después de un tiempo, decidió que eso no era vida y que ya era hora de volver a ser la de antes.


El poder de la química en nuestro cerebro es muy poderoso, incluso se entiende por qué hay personas que son por naturaleza excesivamente frías o apasionadas, quizás porque su química particular les dificulta ser de otra forma, pero dentro de un cerebro más o menos normal, ese que casi todos nosotros tenemos, las circunstancias amargas por las que pasamos, pueden hacernos elegir ser más estoicos, fríos o insensibles, o por el contrario, asumir el riesgo de la herida y caminar a la intemperie. Para alguien que quiera gozar plenamente y sentir de verdad, no hay otra manera de vivir.


A veces me hubiera gustado ponerme una armadura, de verdad. Hay cosas que duelen demasiado. Pero miro mis llagas y ellas me recuerdan que he vivido, que aún sigo viva.


viernes, 11 de junio de 2010




El sabio aprende sin viajar
Comprende sin mirar
Alcanza sin actuar.

Lao tse. Tao Te King

Normalmente tendemos a la acción. Porque actuando nos parece que dentro de lo que cabe, podemos gobernar las circunstancias y que en parte somos nosotros los hacedores de nuestro destino.

Pero lo verdaderamente complicado es distinguir cuándo hay que actuar y cuándo hay que quedarse quieto, permanecer, como esta piedra de la fotografía, a un lado de los acontecimientos, intentando no influir sobre ellos. Esto es tan difícil que para llevarlo a cabo hay que tener una seguridad, una entereza y una fuerza fuera de lo que es común, sencillamente admirables. Yo, a ellos, a los que son capaces de realizar tal proeza, los llamo sabios.

lunes, 7 de junio de 2010



Según Eduardo Punset, para contrarrestar los efectos de un solo insulto, hacen falta cinco elogios. Bueno, supongo que esto será dependiendo de quién nos insulte, de quién nos halague, y de cómo vivamos nosotros ambas situaciones, pero de lo que sí estoy segura es de que los elogios son un regalo gratuito que nos cuesta a menudo dar y que seguramente, para la persona que los recibe, son más valiosos que cualquier obsequio material. Deberíamos acostumbrarnos a decir cada vez que se nos presente la ocasión, algo bueno que pensemos de las personas que nos rodean, algo tan simple como atrevernos a regalar palabras. Que no se nos quede dentro ese regalo.


martes, 1 de junio de 2010



"No afrontamos las dificultades porque sean difíciles, sino que son difíciles porque no las afrontamos".

Séneca

Si esperamos a hacer algo hasta que de verdad nos sintamos preparados, seguramente nos quedaremos sin hacer grandes cosas. Hay asuntos para los que jamás nos sentiremos preparados, pero no por eso habría que dejar de hacerlos, porque parte de esta preparación está precisamente en la práctica.

Seguramente hay pocas mentes tan lúcidas que se perciban preparadas para las grandes decisiones de la vida. Y sin embargo afortunadamente el mundo está lleno de pequeñas proezas al alcance de todos y de valientes anónimos, que saben hasta qué punto a veces no hay que pensar en exceso, y se lanzan, a pesar de la duda, el miedo o la dificultad, a luchar contra sus propios dragones.


viernes, 28 de mayo de 2010


Si nos fijásemos atentamente, si mirásemos bien, debajo de la triste y a veces necesaria coraza que a menudo nos ponemos los seres humanos, descubriríamos que esa frialdad, esa dureza, ese escepticismo, es solo pura defensa, pura apariencia.

Para unos ojos bien atentos, la coraza sigue siendo igual de dura, pero se va volviendo transparente. Entonces se descubre al hombre desnudo, íntimo, que vive detrás, al hombre que de verdad es.


martes, 25 de mayo de 2010



Ayer, después de leer a Ángel González durante un buen rato antes de acostarme, me llevé toda la noche soñando palabras:

Deja para mañana

lo que podrías haber hecho hoy

(y comenzaste ayer sin saber cómo).

Y que mañana sea mañana siempre;


que la pereza deje inacabado
lo destinado a ser perecedero;

que no intervenga el tiempo,

que no tenga materia en que ensañarse.


Evita que mañana te deshaga

todo lo que tú mismo
pudiste
no haber hecho ayer.


De Deíxis en fantasma

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Cuando era joven quería vivir en una ciudad grande.


Cuando perdí la juventud quería vivir en una ciudad pequeña.


Ahora quiero vivir.


De Prosemas o menos

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(...)


Pero nada ya ahora

—ni siquiera la muerte, por su parte
inmensa—

podrá evitarlo:
exento, libre,
como la niebla que al romper el día
los hondos valles del invierno exhalan,

creciente en un espacio sin fronteras,

este amor ya sin mí te amará siempre.

De Deíxis en fantasma


sábado, 22 de mayo de 2010

LA LÍRICA



Ella está solo ínfimamente
en el violín que suena
en el paseo de la tarde
en una flor que nace
o en la languidez de un amor satisfecho.

Estas son minucias para ella.


A ella se la encuentra sobre todo en la herida fina que sangra lentamente en las últimas horas de dos amantes deshabitados en las lágrimas negras de un ocaso forzoso en el grito del beso que se queda rabiando en los labios en ese amor tan solo que levita en la nada en el deseo de unos dedos que arden desabrochando botones de humo en aquello que no se dice dentro de lo que se dice en la canción que sobrevive violando el tiempo en esa luna que parece no brillar esa noche en la imagen tenue de una o dos melancolías.


La lírica estuvo en el primer parto del primer ser humano.
Desde entonces nos libera y nos habita.


miércoles, 12 de mayo de 2010



En el Instituto donde estudiaba había un bibliotecario algo peculiar. Hombre mínimo, escuálido, casi invisible. Parecía enteramente un duende que se había escapado de algún libro, un ratoncito de biblioteca que se paseaba silenciosamente entre las mesas. Los estudiantes inventábamos historias sobre él, imaginábamos cómo podía ser su vida y lo catalogábamos de amargado, triste, solitario y misterioso.

Al cabo de unos años, me lo encontré por la calle. Contrariamente a lo que me esperaba, me saludó y se paró a hablar unos minutos conmigo. Creo que era la primera vez que escuchaba su voz. Me preguntó lo típico que se pregunta en estos casos, que si había seguido estudiando y todas esas cosas, y no sé cómo surgió el tema, pero recuerdo que me dijo algo que merece una entrada en este blog. Me dijo:


-He estado mucho tiempo intentando responder a las grandes cuestiones de la vida. Ahora ya las respuestas me dan igual, sólo quiero encontrar preguntas. Eso es lo que quiero, encontrar preguntas. Y tengo tantas, que me resulta difícil hallar alguna. El día que encuentro una pregunta nueva, ese día, soy feliz como un niño.

Sus ojos de ratón brillaban. No me pareció entonces ni triste ni amargado. Me pareció un ser extraordinariamente inquieto. Alguien que había aprendido a encontrar la sabiduría donde pocos se atreven a buscarla: en una constante y humilde curiosidad. Cuando caigo en la gran tentación humana de romperme la cabeza con alguna pregunta a la que no encuentro respuesta, siempre recuerdo sus palabras y me alivia, la verdad. Y hasta me siento más ligera.

domingo, 9 de mayo de 2010



No quiero hacer publicidad de la película Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton, porque mi opinión sobre ella no es muy positiva, pero sí hubo una escena que me gustó, basada en un fragmento del libro Alicia a través del espejo. El que supuestamente iba a ser el prometido de la protagonista, le preguntó en el baile que por qué perdía el tiempo pensando en cosas imposibles.

-¿Por qué no? -le respondió Alicia-. Mi padre decía que él pensaba en seis cosas imposibles antes del desayuno.


No se me ocurre otra manera mejor de empezar -hoy y siempre- el día.


martes, 4 de mayo de 2010



Estoy descalza
descalza

en el barro

en la noche

en la mirada

en la tormenta

en el miedo
en lo esencial

en la caída

en la coraza

en la fragilidad

en la fuerza

en la lumbre

en lo oscuro

en lo invisible

en el deseo

descalza

en el todo

descalza

en la nada


viernes, 30 de abril de 2010




"La expresión suprema de su espíritu estaba en sus cuentos. Eran maravillosos narradores de cuentos. El cuento era su posesión más sagrada. Estas personas sabían algo que nosotros ignoramos: que sin cuento no tienes nación, cultura, civilización. Y sin cuento propio, no tienes una vida propia".


Laurens Van Der Post sobre los bosquímanos de Kalahari.


"Somos criaturas forjadoras de historias que no podemos repetir ni dejar atrás".

Wystan H. Auden


Me gusta pensar que tenemos un cuento propio, una biografía única. Y como en todos los cuentos, afortunada y desafortunadamente, suceden toda clase de aventuras y desfilan toda clase de personajes. Luces, sombras, obstáculos, golpes de suerte, pesadillas, sueños, llantos, risas, príncipes, sapos, héroes, villanos, y hasta fantasmas. Todos forman parte de nuestro cuento.

Por eso no quiero dejar atrás nada; jamás voy a olvidar nada ni a nadie, porque todos los ingredientes y personajes de mi cuento han ido construyendo lo que soy. Sin ellos no sería yo, no tendría historia. Quiero que a pesar de todo, de lo que me ha hecho crecer y de lo que me ha hecho llorar, todos mis capítulos viajen conmigo hasta que llegue el colorín colorado.


Ahora apago el ordenador y regreso de nuevo a mi aventura.


martes, 27 de abril de 2010



Escribo mi nombre.
Sigo cada línea con el lápiz
lo miro largamente
me reconcilio con él.
Después cojo una goma de borrar
y lo borro despacio
recreándome en cada curva
en cada letra.

Ahora el papel está en blanco.

Quiero hacer
desaparecer
mi nombre
existir sin significante
romper lazos
con mi nombre
andar sin el equipaje
abstracto
absurdo
de mi nombre.


viernes, 23 de abril de 2010



Te quitabas la faja de la cintura, te arrancabas las sandalias, tirabas a un rincón tu amplia falda, de algodón, me parece, y te soltabas el nudo que te retenía el pelo en una cola. Tenías la piel erizada y te reías. Estábamos tan próximos que no podíamos vernos, ambos absortos en ese rito urgente, envueltos en el calor y el olor que hacíamos juntos. Me abría paso por tus caminos, mis manos en tu cintura encabritada y las tuyas impacientes. Te deslizabas, me recorrías, me trepabas, me envolvías con tus piernas invencibles, me decías mil veces ven con los labios sobre los míos. En el instante final teníamos un atisbo de completa soledad, cada uno perdido en su quemante abismo, pero pronto resucitábamos desde el otro lado del fuego para descubrirnos abrazados en el desorden de los almohadones, bajo el mosquitero blanco. Yo te apartaba el cabello para mirarte a los ojos.
(...)
Cada vez que pienso en ti, así te veo, así nos veo, detenidos para siempre en ese lienzo, invulnerables al deterioro de la mala memoria. Puedo recrearme largamente en la escena, hasta sentir que entro en el espacio del cuadro y ya no soy el que observa, sino el hombre que yace junto a esa mujer. Entonces se rompe la simétrica quietud de la pintura y escucho nuestras voces muy cercanas.

-Cuéntame un cuento–,
te digo.
-¿Cómo lo quieres?
-Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie.

Rolf Carle en Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende.





miércoles, 21 de abril de 2010



Somos terriblemente vulgares e insignificantes y sorprendentemente únicos y extraordinarios. Pero casi siempre escogemos una de estas dos opciones para construir la imagen de nosotros mismos. ¿No es más sano creer que somos ambas cosas a la vez y a partes iguales?


sábado, 17 de abril de 2010




Nunca se sabe lo que nos espera detrás de una puerta por la que tenemos que pasar, por muy negra que parezca.

martes, 13 de abril de 2010



Un experimento: Si tienes un problema, imagina durante un ratito al día que no lo tienes y actúa o piensa en esos breves momentos como si de verdad no lo tuvieras. Introduce ese pequeño cambio dentro de tu rutina diaria. Dentro de quince días, si quieres, me cuentas qué ha pasado. Es la técnica del como si, una magia que no necesita varita.

sábado, 10 de abril de 2010



"El dolor aligera su carga cuando uno cae en la cuenta de que como todas las cosas de este mundo, tendrá un final".

Bruno Bettelheim

Reconciliarse con el tiempo, dejar que el dolor se tome su tiempo, son tareas que en la actualidad al ser humano le cuesta realizar porque parece que siempre va corriendo a todas partes. El dolor es mayor cuando uno cree que no va a acabar nunca, cuando la prisa está en medio, estorbando su ritmo natural, porque la prisa es exigente, y hace sentir culpable al que no es capaz de ir más rápido. Pero si el dolor no es eterno porque nada lo es, ¿por qué atormentarse por el tiempo necesario para digerirlo por completo?

Hay que dignificar el dolor. Hay que tenerle paciencia.


martes, 6 de abril de 2010



"Entonces, doctor, ¿según usted todos los novelistas, hombres y mujeres, son unos neuróticos?", pregunta André Maurois en
Tierra de promisión. "Para ser más exactos -responde-, todos serían unos neuróticos si no fueran novelistas... La neurosis hace al artista, y el arte cura la neurosis."

El genio y la locura
Phillipe Brenot

Como todos somos más o menos neuróticos, hagamos arte. Basta con escribir un poco, pintar colores en un cuaderno de cuadritos, bailar en el cuarto, hacer un barquito de papel o cantar en la ducha. El arte salva. Así que, ¿qué esperamos para salvarnos?

sábado, 3 de abril de 2010




Me escapo por la puerta de atrás, como una travesura. Y cuando salgo me encuentro una imagen distinta a la habitual y me doy cuenta de que el mundo parece otro.

Por eso de vez en cuando me gusta darle la vuelta a las paredes, estar un rato del revés, poner patas arriba los relojes, cambiar mi ombligo de sitio, saludar extraños, andar de lado o hablar con una hormiga.

Cuando cambiamos la forma de mirar, el mundo cambia y nos convertimos en aventureros de lo desconocido, descubridores de un universo nuevo que nos recuerda que nada es previsible, que todo puede estar en este mismo instante a punto de estallar.


miércoles, 31 de marzo de 2010



Después de escaparme unos días al campo, refugiada en una cabañita de madera y sin ninguna conexión con el exterior, me doy cuenta de que me siento engañada con eso de las estaciones del año. Los ciudades advierten de pasada los movimientos de la naturaleza y, casi sin enterarnos, los habitantes del asfalto pasamos la vida sin sentir los ritmos cíclicos del planeta. Y lo que es peor, vivimos ajenos a su influjo.


Es verdad que ahora en mi ciudad el aire huele a azahar y que se está mejor que antes, sentado en cualquier parque o tomando algo en cualquier terracita al aire libre. Pero la primavera de verdad está a años luz de todo esto. Hay que irse al campo aunque sea un ratito, para percibir el resurgimiento de la tierra, el verde brotando a gritos o la llama que hierve dentro de lo que nace.


Si vamos al campo en esta estación, quizás se nos pegue algo de ella. Y a lo mejor, si lo necesitamos, nos da por nacer de nuevo, por dentro y por fuera, como todos esos árboles que ahora mismo están estrenando catárticamente sus hojas. Quién sabe.

sábado, 27 de marzo de 2010



Desenrédate los nudos, desténsate. Ríete de ello. Seguramente nada en el mundo tiene demasiada importancia.

martes, 23 de marzo de 2010




Jasmine camina por el mundo con una costumbre propia. Ella va por la calle, y cuando el azar quiere que se le caiga algún objeto o alguna moneda al suelo, no los recoge.

-Es que me gusta regalar esa pequeña alegría al que se lo encuentre -dice.

Jasmine sigue sus caminos desprendiéndose un poco, donando anónimamente sus pequeñas cosas. Convendría seguirla, por muchas razones.


lunes, 15 de marzo de 2010

AMERICAN BEAUTY


Ricky, el vecino de los protagonistas de la película American beauty (1999), -la cual recomiendo-, es calificado por todos los personajes como el más raro del barrio. Pero el más raro del barrio tiene la afición de ir grabando con su cámara la belleza que encuentra por el mundo. Un día lo más bonito que encontró, según él, fue una bolsa de plástico "bailando" en las calles mientras la mecía el viento. Él veía en este acontecimiento todo un espectáculo.

Quizás algunas veces merece la pena escuchar a los que nos parecen raros.


jueves, 11 de marzo de 2010



Ayer, con una ilusión que no esperaba, pensándomelo muchas veces y organizándolo todo a última hora, me decidí a ver por primera y seguramente última vez, a uno de mis escritores favoritos, que sorprendentemente venía a dar una conferencia en mi ciudad. Se trataba de Eduardo Galeano, cuya palabra ha poblado muchas veces este blog, así que con uno de sus libros bajo el brazo para que me lo firmara, me encaminé a escucharlo.

Pero no fue así. Cuando llegué a la conferencia, las puertas estaban más que cerradas. Hacía tiempo que la sala se había llenado y Eduardo Galeano, como el agua cuando hierve, se me evaporó.


En ese momento pensé en las ilusiones. En todo lo que les ponemos a las ilusiones, aunque sean menuditas. Y en todo lo que se derrumba cuando se esfuman. Por eso pensé que conviene tener una colección de ellas, porque la vida tiene estas cosas, no podemos conseguir siempre el trozo de alegría que esperábamos disfrutar.


Abrí el libro que llevaba por donde el azar quiso y leí lo que me encontré, que en Río de Janeiro hay una frase escrita en un muro que dice: Quien tiene miedo de vivir, no nace. Si esto es así, todos los que estamos en este mundo somos más valientes de lo que pensamos. Y tiene que ser verdad. Porque para tener ilusiones, también hay que ser valiente, muy valiente.


martes, 9 de marzo de 2010



"No hay profundidad, la vida es esto. La vida es una máquina engrasada, el rodar silencioso de los días, el sol como una rueda que va lenta, las mañanas con diarios y muchachas, las tardes con otoños en racimo, las noches como un río que se desborda, pacífico y lustral, de cauce hondo(...).


Los sacerdotes verdes y los sabios, Kant y San Agustín, toda esa gente, quieren que nos sintamos importantes, nos pasean por el cielo y por la tierra, nos abruman de dioses y pecados, nació la transcendencia en una iglesia como útil derivado del poema. (Toda religión no es sino poesía aplicada, truco, trampa). Y el filósofo ateo y la mujer doliente quieren que nos sintamos infinitos, el cielo tan sencillo de esta tarde, con hojas de moneda y luz de enfermo, nos lo quieren cambiar por otro cielo retórico de arpas y profetas.


No hay profundidad, la vida es esto(...) Somos la superficie de un planeta que rueda cotidiano, algo vulgar, somos anticipado cementerio(...) Gente de superficie, buena gente, patata y pimentón es mi merienda, patata y pimentón mi eternidad".


Paco Umbral.
Un ser de lejanías


No sé si hay dioses que nos miran, la verdad, no sé lo que es la vida, si hay profundidad en todo esto, o somos la simpleza de algo condenado a la nada. Pero me gusta la idea de que en la patata y el pimentón está nuestra eternidad.

Ya sé lo que voy a almorzar hoy.


martes, 2 de marzo de 2010



EL LOCO

En los jardines de un hospicio conocí a un joven de rostro pálido y hermoso, allí internado.
Y sentándome junto a él en el banco le pregunté:

-¿Por qué estás aquí?

Me miró asombrado y respondió:


-No es una pregunta adecuada, sin embargo, la contestaré. Mi padre quiso convertirme en una copia de sí mismo; también mi tío. Mi madre deseaba que fuera la imagen de su ilustre padre. Mi hermana me mostraba a su esposo navegante como el ejemplo perfecto a seguir. Mi hermano pensaba que debía ser como él, un excelente atleta. Y mis profesores, como el doctor de filosofía, el de música y el de lógica, ellos también fueron terminantes, y cada uno quiso que fuera el reflejo de sus propios rostros en un espejo. Por eso vine a este lugar. Lo encontré más sano. Al menos puedo ser yo mismo.


Enseguida se volvió hacia mí y dijo:


-Pero dime, ¿te condujeron a este lugar la educación y el buen consejo?

-No, soy un visitante -respondí.

-Oh -añadió él-, tú eres uno de los que vive en el hospicio del otro lado del muro.

KHALIL GIBRAN

Creo de verdad que todos, los de dentro y fuera del hospicio, estamos locos. Pero a veces se me olvida y pienso que la sociedad misma me condena a la normalidad, que no es sino otra forma de locura elegida. Entonces me gusta encontrarme por el mundo a algún loco que se me parece, y me doy cuenta de que sigo siendo la misma loca de siempre, porque al mirarlo me reconozco en sus ojos.


sábado, 27 de febrero de 2010



Vivo insatisfecha porque quisiera que el mundo fuese más razonable; vivo insatisfecha porque no puedo borrar del diccionario la palabra agresión; vivo insatisfecha porque me gustaría que todos comiéramos al menos una vez al día; vivo insatisfecha porque la injusticia forma parte del noticiero diario que escuchamos y del que no escuchamos; vivo insatisfecha porque cuando me paro a contemplar una montaña no puedo entender ni poseer tanta belleza; vivo insatisfecha porque me doy cuenta de mis propias limitaciones;
vivo insatisfecha porque les exijo demasiada intensidad a mis pequeños placeres; vivo insatisfecha porque a veces me tengo que tragar palabras que querrían salir de la boca.

Pero después de haberme enfadado muchas veces con todas mis insatisfacciones, las recojo y las pongo a mi lado. Me miran, me sonríen burlonamente e intento sonreírles también. Entonces les voy presentando una a una a mis satisfacciones diarias, pequeñas pero importantes, y entiendo que todo va en el mismo lote. Y empiezo a no pedirle a la vida más de lo que puede darme.


martes, 23 de febrero de 2010



(...)
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme,
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas,
no me busques,
que ya te habré olvidado.
(...)

Si tú me olvidas
Pablo Neruda
(www.neruda.uchile.cl/obra/obraversosdelcapitan5.html)

¿Para qué entregar tanto a alguien que no quiere dar nada?, ¿para qué gastar palabras de amor a quien no las devuelve?, ¿para qué seguir llamando a la puerta de alguien que no quiere abrirla?, ¿para qué negarse a olvidar a quien ya nos ha olvidado?


sábado, 20 de febrero de 2010



El sannyasi había llegado a las afueras de la aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto llegó corriendo hasta él un habitante de la aldea y le dijo:


-¡La piedra! ¡Dame la piedra preciosa!


-¿Qué piedra? -preguntó el sannyasi.

-La otra noche se me apareció en sueños el Señor Shiva -dijo el aldeano-, y me aseguró que si venía al anochecer a las afueras de la aldea, encontraría a un sannyasi que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre.


El sannyasi rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra.

-Probablemente se refería a ésta -dijo mientras entregaba la piedra al aldeano-. La encontré en un sendero del bosque hace unos seis días. Por supuesto que puedes quedarte con ella.


El hombre se quedó mirando la piedra con asombro. ¡Era un diamante! Tal vez el mayor diamante del mundo, pues era tan grande como la mano de un hombre. Tomó el diamante y se marchó. Pasó la noche dando vueltas en la cama, totalmente incapaz de dormir.
Al día siguiente, al amanecer, fue a despertar al sannyasi y le dijo:

-Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante.


La vida viene a cuento
Jaume Soler
Mª Merce Conangla

martes, 16 de febrero de 2010



Creo que no hay que darle demasiada importancia a los espejos. No más de la que tienen. Y no solo eso, sino que a veces son los mayores mentirosos del mundo, porque nos devuelven una imagen distorsionada de nosotros mismos, deformada por nuestra propia visión.

Ningún espejo puede reflejar tu verdadera imagen, ni quién eres, ni tu esencia, ni tu forma natural de sonreír, ni lo que has aprendido o lo que has construido de ti mismo hasta ahora.
Por eso es mejor que te mires en el espejo de unos ojos que no te evalúen, clasifiquen o interpreten, sino que te conozcan y te amen a ti, más allá de cualquier defecto o virtud.

Y cuando te besen, espero que elijas unos labios que recorran tu cuerpo completo más allá de la piel, con todas tus maravillosas imperfecciones.


sábado, 13 de febrero de 2010



Cuando sientes a alguien muy lejos, es inútil que esté cerca. Cuando sientes a alguien muy cerca, casi no importa que esté lejos.

martes, 2 de febrero de 2010



No hay nada especial en esto. Ir a un parque con una amiga, sentarse con ella en un banco un día cualquiera, mirar el río, el sol en la cara, charlar un rato, sentir que le importas a alguien, que alguien te importa, que te interesa la conversación, que tienes unas horas de sencillo placer.

No hay nada especial en esto.

Sin embargo, ojalá todos los días fuesen tan insignificantes como ese.


sábado, 30 de enero de 2010



Beber agua es una fiesta.

Oler la lluvia es una fiesta.
Dormir con una manta en invierno es una fiesta.
Saludar al panadero es una fiesta.
Tocar la piel de un niño es una fiesta.

Levantarse al caerse es una fiesta.

Aprender a andar de nuevo es una fiesta.

Observar el vuelo de una mosca es una fiesta.

Ver crecer una semilla es una fiesta.
Escuchar el ritmo del mundo es una fiesta.
El baile de la vida es una fiesta.

Hoy quiero bailarla toda la noche, incluso cuando esté dormida.


sábado, 23 de enero de 2010



Nada escapa al movimiento.

Por eso, si nos fijamos bien, el mundo está bailando.


martes, 19 de enero de 2010




Tengo una brujita escondida en una caja. Ella prepara las fórmulas mágicas para disfrutar del día. Ella es la encargada de poner en marcha la alquimia cuando es necesaria; ella es la que me presta su escoba para volar. Y cuando me llevo demasiado tiempo dentro de mí misma, la brujita siempre me dice que abra muy bien los ojos, para que nunca me olvide de mirar hacia fuera.


viernes, 15 de enero de 2010




Hoy quiero decirte, para que nunca nunca lo olvides,

-ni cuando no haya nadie que te lo diga,
-ni cuando todos a tu alrededor parezcan no darse cuenta,

-ni cuando seas un ancianito que lentamente camina
,
-ni cuando creas decepcionar a alguien,
-ni cuando te sientas incomprendido,

-ni cuando te parezca que no te lo mereces,
-ni cuando creas que espero algo a cambio por decírtelo,
-ni cuando pienses que no hay nadie que te quiera así tal como eres,

-ni cuando yo ya no esté aquí para recordártelo,


que eres un ser extraordinariamente maravilloso.


martes, 12 de enero de 2010




"Cuando no tengas nada a lo que agarrarte, invéntate una cuerda".
G. Nardone.

Y qué mejor cuerda que la de un columpio...

martes, 5 de enero de 2010



Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias

y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias

y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y de la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo

de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

Mario Benedetti


He pedido a los Reyes Magos una Antología poética de Mario Benedetti -El amor, las mujeres y la vida-, un cuaderno para escribir y, como me ha aconsejado mi hija que me conoce bien, unos cuantos polvos mágicos de hada para volar.


-Aunque mamá... se puede volar sin polvos de hada, ¿verdad?


Y me río. Porque es verdad. Ella lo sabe. Porque ella hace tiempo que aprendió a volar.


jueves, 31 de diciembre de 2009

365 DÍAS



Me molesta enormemente que alguien diga "odio los domingos", "no soporto los lunes", "estoy deseando que llegue el fin de semana", "cuento los días para las vacaciones" o " cuando me jubile haré esto y aquello" ... Me da la impresión de que están desperdiciando el tiempo que les toca vivir en su momento, que se pierden un trozo de vida, que posponen la felicidad o el bienestar para un futuro que quizás no es ni como lo imaginan.

Quiero saborear despacito mis 365 días en este año que empieza, con todos sus ingredientes, con sus maravillas y sus decepciones, con sus aciertos y sus fracasos, con sus obligaciones y sus pequeños placeres, con sus dificultades y sus nuevas ilusiones y, muy especialmente, con los cambios que haya en mi vida, con todo lo que se acaba y todo lo que comienza, para que el tiempo no pase tan deprisa.

De momento, me dispongo a vivir el día de hoy.

(Os deseo a todos unos lentos y de verdad vividos 365 días en este nuevo año).


lunes, 21 de diciembre de 2009



"Si construyes castillos en el aire, tu trabajo no es en balde; es ahí donde deben construirse los castillos. Ahora trabaja y construye los cimientos para que se sostenga".

Henry Thoreau

sábado, 12 de diciembre de 2009



(Inclusion of other in the self Scale, A. Aron, 1992)


Siempre he defendido que el amor de verdad está basado en el conocimiento y en la aceptación de la otra persona, a la que vemos como un ser en su totalidad y así lo queremos tal y como es. Lo sigo defendiendo, pero con los años he aprendido que este no es el único ingrediente para que una pareja funcione. Ayer, leyendo un libro de psicología social, leí algo que añadiría un ingrediente más, bastante importante, para que dos personas vivan una relación plena, satisfactoria y duradera, y éste es el llamado Grado de inclusión del otro en el yo, propuesto por un psicólogo llamado A. Aron. Esta teoría explica que dependiendo del grado de inclusión que tengamos de la otra persona en nuestro yo, la relación nos producirá más o menos bienestar. Está claro que podemos querer a una persona, aceptar sus defectos -si es que éstos son aceptables y no atentan contra el respeto-, comprenderla y hasta justificarla, pero que si no se ha inmiscuido dentro de nosotros, si no sentimos su presencia en nuestro interior, si es ajena a una parte importante de las cosas que amamos, cada vez la sentiremos más lejana y por mucho que la queramos, la veremos casi como a un extraño.

Por eso cuando dos personas favorecen el conocimiento mutuo, están permitiendo la entrada del yo en el otro, y al contrario, cuando alguno de ellos se niega a expresar sus sentimientos, deseos o miedos, está cerrando la puerta a que se la conozca. De esta forma, cuando damos calor a alguien que responde con frialdad, cuando queremos compartir con alguien cómo vemos el mundo, pero poco parece interesarle, cuando alguno evita hablar del tú o del yo, cuando escribimos versos que no necesitan ser leídos por el otro o cuando parece que a pesar de compartir el mismo techo se vive a años luz de distancia, la inclusión de ese ser en nuestro yo va empequeñeciéndose, menguando lentamente, y entonces, triste y dolorosamente, iremos poco a poco dejando de amarle.

miércoles, 9 de diciembre de 2009




"Sé aquello que desearías que fuese el mundo".

Gandhi

Quién sabe, a lo mejor al mundo se le pega algo de ti.


sábado, 5 de diciembre de 2009



"Les contaré un secreto. No leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana; y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, el comercio, la ingeniería son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romanticismo, el amor son cosas que nos mantienen vivos (...) Citando a Whitman:

Oh mi yo, oh vida de sus preguntas

que vuelven del desfile interminable de los desleales,

de las ciudades llenas de necios

¿qué hay de bueno en estas cosas?

Respuesta: Que tú estás aquí,

que existe la vida y la identidad,

que prosigue el poderoso drama

y que tú puedes contribuir con un verso...

¡que prosigue el poderoso drama

y que tú puedes contribuir con un verso!"

(DIÁLOGO DE LA PELÍCULA EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS)

Después el profesor Keating preguntó:

-¿Cuál es tu verso?

Ahora yo te lo pregunto a ti.

lunes, 30 de noviembre de 2009



Para deshacer tus muros, sobre todo ese que has construido alrededor de tu pecho, para derribar la montaña de miedos que tienes en los oídos, para que tú mismo inventes el elixir que avive tu llama, para que abras los ojos a la magia cuando ella aparece, para que te atrevas a dar al menos un pequeño paso en un suelo inseguro, para que sepas que siempre te quedarán lágrimas para aliviar los errores que cometas y para que recuerdes que a estas alturas se puede sobrevivir a cualquier cosa, quisiera entrar en ese pecho tuyo y ayudarte a deshacer el muro, subir a la montaña de miedos para susurrarte un nuevo mensaje, darte a probar yo misma tu elixir en los labios e invocar a esa magia que si quieres seguirla, te haría vivir una incierta, aunque profunda aventura.


jueves, 26 de noviembre de 2009

LA LLUVIA




La atmósfera borracha de gris escupe la saliva de los siglos. Me siento como una ostra sumergida en el fondo de un mar que invento. Para no morir me escapo de la concha, olvido los paraguas y corro hacia la calle.

La lluvia es como el miedo que ahora siento: quiero salir a beberla, saciar mi sed con sus nubes.

sábado, 21 de noviembre de 2009



Quizás alguna arruga más, pero bastantes más risas, imágenes, lazos, besos de niños, unos cuantos de kilos de miel tragados, desastres y aciertos, pérdidas y hallazgos, algunas puertas por abrir y algún esquema por destrozar, engordan el saco de mi existencia hoy. Cumplo un año más y me parece ser como la trapecista que salta y que ha llegado de nuevo al otro lado del circo. Cumplir años es una proeza, así que soy una heroína.

Me siento una niña cuando me miro al espejo -aunque sé que algún chinchoso dirá lo contrario-. Y es que la crema antiarrugas mejor que existe en el mercado es enamorarse y celebrar la vida.

(Probad ambas fórmulas).