jueves, 11 de marzo de 2010
Ayer, con una ilusión que no esperaba, pensándomelo muchas veces y organizándolo todo a última hora, me decidí a ver por primera y seguramente última vez, a uno de mis escritores favoritos, que sorprendentemente venía a dar una conferencia en mi ciudad. Se trataba de Eduardo Galeano, cuya palabra ha poblado muchas veces este blog, así que con uno de sus libros bajo el brazo para que me lo firmara, me encaminé a escucharlo.
Pero no fue así. Cuando llegué a la conferencia, las puertas estaban más que cerradas. Hacía tiempo que la sala se había llenado y Eduardo Galeano, como el agua cuando hierve, se me evaporó.
En ese momento pensé en las ilusiones. En todo lo que les ponemos a las ilusiones, aunque sean menuditas. Y en todo lo que se derrumba cuando se esfuman. Por eso pensé que conviene tener una colección de ellas, porque la vida tiene estas cosas, no podemos conseguir siempre el trozo de alegría que esperábamos disfrutar.
Abrí el libro que llevaba por donde el azar quiso y leí lo que me encontré, que en Río de Janeiro hay una frase escrita en un muro que dice: Quien tiene miedo de vivir, no nace. Si esto es así, todos los que estamos en este mundo somos más valientes de lo que pensamos. Y tiene que ser verdad. Porque para tener ilusiones, también hay que ser valiente, muy valiente.
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"Quien tiene miedo a vivir, no nace". Como son las cosas,con el miedo que me da la vida. Y sin embargo, aqui estoy. Sin pensarlo demasiado han pasado ya unos años desde que nací y curiosamente con el mismo miedo a vivir.Pero; ¿cómo puedo vivir con tanto miedo?, ¿Cómo será la vida sin sentir miedos?, ¿Se verá diferente?, con colores distinto?. ¿Con nuevos sonidos?, me dará tiempo en este ciclo a vivir sin miedo?.
ResponderEliminarGracias, por enseñarme a ver un poco el sentido de celebrar la vida. Nunca me enseñaron a hacerlo.
Muchas gracias.
F. Khaló.