domingo, 29 de marzo de 2009

PROPÓSITOS



"Debemos tener cuidado de extraer de una experiencia solamente la sabiduría que contiene, y detenernos; no seamos como el gato que se sienta sobre la estufa caliente.
Nunca volverá a sentarse sobre una estufa caliente (y eso está bien), pero tampoco volverá a sentarse sobre una fría".
Mark Twain

No voy a dejar de sentarme sobre una estufa, aunque antes me haya quemado.
No voy a dejar de confiar en el ser humano, aunque existan unos cuantos depravados.

No voy a dejar de intentar celebrar la vida, aunque a veces me sienta triste.
No voy a dejar de enseñar, aunque algunos alumnos no quieran escucharme.
No voy a dejar de sorprenderme, aunque a veces me venza la rutina.
No voy a dejar de tener sueños, aunque algunos se me hayan roto.
No voy a dejar de explorarme, aunque a veces encuentre algunas sombras.
No voy a dejar de destruir un muro, aunque a veces no pueda con alguna piedra.
No voy a dejar de intentar decirme la verdad, aunque a veces me mienta a mí misma.
No voy a dejar de luchar, aunque haya perdido algunas batallas.
No voy a dejar de intentar ser feliz, aunque sepa que la felicidad no existe.

viernes, 27 de marzo de 2009

martes, 24 de marzo de 2009

ME PERDONO



Me perdono

cuando he metido la pata
cuando se me ha olvidado dar las gracias

cuando digo sí queriendo decir no

cuando digo no queriendo decir sí

cuando se me olvida algo importante
cuando miro hacia otro lado

cuando me vence la pereza
cuando me rompo un sueño
cuando no me atrevo a mirar unos ojos
cuando descubro mis limitaciones
cuando no he escuchado lo suficiente
cuando no he sabido defenderme

cuando me dejo llevar por un imposible

cuando he dicho algo indebido
cuando he dañado sin querer...

Me perdono

porque pienso

que intentaré no volver a hacerlo

porque acepto que no soy perfecta

porque de los errores se aprende

porque así también aprendo
a perdonar a los otros

y porque me gusta tratarme bien

para poder seguir adelante

sin rencores

con aquella que soy

y que vivirá conmigo


hasta el final.

viernes, 20 de marzo de 2009

PARA QUÉ SIRVE ENAMORARSE



Oh, cuando estaba enamorado de ti
era limpio y valiente,
y el asombro reinaba a mi alrededor
por lo bueno que yo era.

Pero ahora la fantasía pasa
y no quedará nada,
y todos a mi alrededor dirán
que vuelvo a ser yo mismo.

A. E. Housman


Muchas veces me he preguntado para qué sirve enamorarse cuando no se es correspondido, de qué sirve escribir versos para alguien que no los leerá nunca, de qué vale imaginar un beso que es de mentira, regalar flores a quien no las quiere oler, sentir que andamos flotando sin poder compartir vuelo con aquel que nos hace volar... ¿No será un derroche de amor, tiempo, versos, flores, imaginación y alas?

Mi respuesta hoy es no. Que enamorarse sirve. Sirve hasta que el amor se muera por falta de reciprocidad. Porque mientras dura, mientras esa locura existe, vivimos flotando, construimos sueños, inventamos versos, regalamos flores, y nos sentimos, como dice el poema, limpios y valientes, sembrando asombro por el mundo, por lo buenos que somos.


jueves, 19 de marzo de 2009

ADOLESCENTES



Anabel, 14 años. Esto es lo que escribió hace pocos días. Para que luego digan que la adolescencia está perdida:

"Una vez me preguntaron para qué vivimos. Hoy me lo pregunto. Vivimos para aprender de un mundo que luego dejaremos, vivimos para conocer personas que un día se irán, vivimos para caernos y levantarnos, para ser felices. Muchas veces veo cómo la gente hace infelices a otras personas, matándolas, arruinándolas, quitándoles algo que aprecian. A mí me han enseñado a sacar el lado positivo de las cosas, a ser feliz sin hacerle daño a nadie y a aprender de mis errores.

¿Para qué vivimos? Creo que nunca encontraré la repuesta. Yo por si acaso voy a disfrutar de la vida".

sábado, 14 de marzo de 2009

MILAGROS



Ayer mi hija me preguntó qué significaba la palabra milagro. Cuando le respondí, la siguiente pregunta fue que si de verdad existían. Realmente la respuesta de una agnóstica como yo tendría que haber sido que no lo sabía, sin embargo me lo pensé un momento y no fue eso lo que le contesté. En realidad sí creo en milagros, pero no en aquellos atribuibles a santos y gurús varios, sino en esos que ocurren todos los días, a cada instante, y que por vivir inmersos en la costumbre de tenerlos, los percibimos como normales. ¿Es normal que tengamos dos ventanas en la cara con las que podemos ver el mundo?, ¿no es milagro levantarse cada mañana con nuestras dos piernas mágicas a recorrer las calles, pisar la hierba, sentir un olor, saborear una comida deliciosa, compartir retazos de vida con los demás, percibir el calor de una mirada cómplice y observar cómo juegan, ríen, piensan y experimentan los niños? ¿No es un milagro una insignificante mota de polvo, el primer rayo de la mañana, un pie con sus cinco dedos o un cerebro humano?


Le expliqué a mi hija como pude mi propia definición de milagro y al momento me preguntó:

-Entonces, ¿sí existen los milagros?

-Sí -le contesté- . Sí existen. Ahora mismo tengo uno delante de mis ojos... Tú.


(Si tú me formularas esa misma pregunta, respondería exactamente lo mismo).


miércoles, 11 de marzo de 2009

UN REGALO



Hoy estaba sentada en un banco de un parque mientras mis hijos jugaban, y la verdad es que no estaba muy animada. Tenía en la cabeza unos cuantos pensamientos que me causaban cierta tristeza...

De repente y sin esperarlo, me vino un olor conocido, enredado en el aire. Buscando la causa, miré hacia todos lados y la vi. Allí estaba, justo encima de mi cabeza, la primera flor de azahar de la temporada. Parecía mirarme y decirme que me olvidara de todo, que celebrara su olor.


No creo en milagros sobrenaturales, pero hoy quiero tomarme como un regalo esta primera flor. Porque hoy es un día de esos en los que me hace falta un regalo. Y qué mejor que una flor.


martes, 10 de marzo de 2009

CORTARÍA MÁS MARGARITAS



Nadine Stair era una señora de unos 85 años, que recopiló entre los amigos de su misma edad, algunas de aquellas cosas que lamentaron no haber hecho en sus vidas. Estas son algunas:

-La próxima vez me atrevería a equivocarme más.

-Me relajaría más y haría más ejercicio.
-Me permitiría ser más tonto de lo que he sido en esta ocasión.

-Me tomaría en serio muchas menos cosas.

-Correría más riesgos.

-Viajaría más.

-Escalaría más montañas y nadaría en más ríos.

-Comería más helados y menos judías.

-Tal vez tendría más problemas reales, pero menos imaginarios.
-Fíjate que yo soy una de esas personas que llevan una vida sensata y cuerda, hora tras hora y día tras día.

-Oh, yo he tenido mis momentos, y si tuviera que volver a empezar, procuraría tener más. En realidad, trataría de no tener nada más que momentos.

-Viviría tantos años adelantándome a cada día.

-He sido una de esas personas que nunca va a ninguna parte sin llevar el termómetro, la bolsa de agua caliente, el impermeable y el paracaídas.

-Si tuviera que empezar de nuevo, iría más ligero de equipaje.

-Si tuviera que volver a vivir, empezaría a andar descalza a comienzos de la primavera, y así me quedaría hasta finales del otoño.
-Iría a más bailes.

-Daría más vueltas al carrusel.
-Cortaría más margaritas.


miércoles, 4 de marzo de 2009

MI ABUELA



Esta es mi abuela. Hace unos años se fue a una residencia y allí conoció a Diego, un señor que nada más conocerla se enamoró de ella.

Verdaderamente ellos no gozan de un amor apasionado ni arrebatador, pero sí sienten lo que muchas parejas desearían: una compañía -no un contrato cómodo de derechos y deberes-, una persona con quien hablar, que escuche y se interese de verdad por la vida del otro, por sus experiencias, por todo lo aprendido, alguien con quien compartir los días -que para ellos y también para todo el mundo son verdaderos tesoros-, una mano cálida que acariciar, un refugio donde abrigarse, unos ojos que respondan con la misma mirada...


A mí me parece una foto preciosa. La confirmación de que siempre hay que aprender de los viejos y de que nunca es tarde para nada.


lunes, 2 de marzo de 2009

IDEAS PARA MATAR EL ABURRIMIENTO


-Observar el recorrido de una hormiga.
-Dar un paseo por la orilla del río.
-Comer chocolate mientras se saborea lentamente.
-Ver una buena película.
-Repasar fotos antiguas.
-Cerrar los ojos e imaginar que volamos por el universo.
-Llamar a alguien del que hace tiempo que no sabemos nada.
-Hacer una lista de proyectos de vida a muy largo plazo.
-Inventar un poema sobre el aburrimiento.
-Escuchar música mientras no hacemos otra cosa.
-Leer un libro que no queramos que se termine nunca.
-Hacer un blog.
-Soñar despierto.
-Recordar algo bueno que nos haya pasado.
-Sentirnos privilegiados por poder aburrirnos...

Y sobre todo, no hacer caso de los pensamientos que nos obligan a hacer algo más provechoso que disfrutar.
Porque no hay nada más provechoso ni más importante que disfrutar.