
Según Eduardo Punset, para contrarrestar los efectos de un solo insulto, hacen falta cinco elogios. Bueno, supongo que esto será dependiendo de quién nos insulte, de quién nos halague, y de cómo vivamos nosotros ambas situaciones, pero de lo que sí estoy segura es de que los elogios son un regalo gratuito que nos cuesta a menudo dar y que seguramente, para la persona que los recibe, son más valiosos que cualquier obsequio material. Deberíamos acostumbrarnos a decir cada vez que se nos presente la ocasión, algo bueno que pensemos de las personas que nos rodean, algo tan simple como atrevernos a regalar palabras. Que no se nos quede dentro ese regalo.
Eres un ser maravilloso!!!
ResponderEliminar