sábado, 13 de diciembre de 2008

LOS ELOGIOS



A todos nos gusta que nos elogien. Es como un regalito para el espíritu que nos hace cosquillas. Pero hay que tener cuidado con el efecto que produce en nosotros el elogio, porque si nos elevamos demasiado gracias a él, nos hundiremos igualmente al recibir una crítica.

Hay personas que necesitan sentir continuamente que los demás las admiran, porque así se sienten más valiosas. Miden su valor personal con el rasero de sus dones, sus capacidades, de su carisma o de su belleza. Y entonces hacen todo lo posible por hacernos saber lo maravillosos que son, los elogios que han recibido, lo bien que hacen las cosas o lo mucho que los quieren. Persiguiendo esta admiración, buscan efectos en los demás, esforzándose por fabricar una imagen personal que sea perfecta para aquel a quien desean conquistar. ¿Acaso creen que la gente a la que de verdad importan los van a querer más por ser más guapos o más inteligentes? Y si alguien los quiere sólo por sus virtudes, ¿no estarán siempre desviviéndose por no decepcionarlos?


Si aprendemos a vivir sin importarnos demasiado los elogios, seremos inmunes a las críticas, tendremos más libertad para comportarnos tal y como somos y pensaremos que sólo merecerán la pena aquellos que nos quieran sin condiciones.

3 comentarios:

  1. Acertado comentario como siempre, compi. Creo yo que el problema está en querer vivir siempre en función de los demás, y no en hacerlo para nuestro goce personal. Somos seres tan sociales que no somos capaces de encontrar la felicidad en soledad. Cuando alcancemos eso seremos capaces de vivir sin que nos afecte, para bien o para mal, lo que la gente opine de nosotros.Todo lo demás vendrá añadido.
    Y esto te lo digo yo que siempre estoy pordioseando un poco de cariño por las esquinas, o sea, que no predico con el ejemplo. Pero bueno, hace mucho tiempo que dejó de importarme lo que opinen los demás de mí.
    Hisguerre...

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  2. Bueno, pienso que no está mal aceptar los elogios, siempre en su justa medida.

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  3. Ultimamente lo tengo bastante complicado para escribir, mi ordenador no tiene Internet y el ambiente de tensión docente no me permite concentrarme lo que me gustaría.

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