Poema de Verónica A. Shoffstall escrito a los diecisiete años:
Después de un tiempo
uno aprende
la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma,
y aprende que el amor no significa atrapar al otro,
y una compañía no significa seguridad.
Y uno empieza a aprender...
Que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y empieza a aceptar las derrotas
con la cabeza alta y los ojos abiertos,
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque el terreno de mañana
es demasiado inseguro para hacer planes...
Y después de un tiempo uno aprende que si es demasiado,
hasta el calor del sol quema.
Así que uno planta su propio jardín
y decora su propia alma,
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
A los 16 años me enamoré de mi mejor amigo. Fue una relación muy inmadura, pero aunque estuve dos años paseando la carpeta desde mi casa al instituto sin apenas entrar en clase, aprendí muchas cosas del amor. Se puede decir que casi todo lo que sé, puesto que las experiencias de la infancia y la adolescencia son tan intensas que se quedan grabadas fácilmente en la memoria.
Lo que aprendí se puede resumir en cuatro líneas. Primeramente, a conocer la diferencia entre el amor idealizado y el amor real. Más tarde, que hay que dejar libres a las personas para que decidan darnos lo que ellas deseen. Por último, que la felicidad no puede depender de si alguien nos ama o no nos ama.
Cuando leí este poema por primera vez me acordé de aquellos tiempos en los que, a pesar de perder dos años de estudio -por escribir poemas, salir con mis amigos y descubrir el amor-, pude conocerme mejor a mí misma y estar más o menos preparada para otra relación.
A veces doy a los adolescentes este poema para que lo lean en clase. Y da mucho de qué hablar, porque ellos creen que van a morirse de amor si no les corresponden, tienden a idealizar al otro y piensan que sólo serán felices si la persona a la que desean los ama.
Enamorarse es la experiencia más maravillosa que conozco, pero con el tiempo se aprende a abrazar, nunca a aferrarse.
A mi el sol siempre me da insolación.
ResponderEliminarSi es correspondido es una experiencia maravillosa, pero si no lo es viene a derivar en la mayor de las putadas. Ya he conocido ambas, y lo que me queda...Por cierto, si ves al duendecillo del cuento, ya sabes cuál es mi deseo, de momento...
ResponderEliminarHisguerre
Gracias
ResponderEliminarholo grax x est poema es super lindo bye =D
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