lunes, 14 de septiembre de 2009



"Ni la fuerza más grande es comparable con la energía que tienen algunos para defender su propia debilidad".


Voltaire

¿Quién no conoce a alguna persona que se autodefina débil y que utilice la tiranía de su debilidad para conseguir lo que quiere? Personas que intentan con todas las fuerzas de su cuerpo y todas las estrategias de su mente que los demás les ayuden a conseguir lo que desean, inyectándoles la sombra de la pena o de la culpa si no lo hacen, apelando a su falta de capacidad para solucionar sus propios problemas.

Lo malo es que muchos de nosotros podemos caer en la trampa y dejar que estos vampiros mentales nos chupen la sangre, que sigan ejerciendo su poder, su cruel y a menudo inconsciente dictadura. Lo que ocurre es que de esta forma, estamos reafirmándoles su debilidad, confirmándoles que en el mundo cualquier cosa es posible gracias a su actitud y que ellos, por ser débiles, se merecen ese trato especial.


Pienso que está en nuestra mano cortar el círculo vicioso e injusto que los sostiene y al que someten a los demás. Porque quizás si nadie les resolviera los problemas, aprenderían a caminar sin ayuda, empezarían a canalizar esas energías que tan bien saben usar en resolverlos por ellos mismos, se darían cuenta de que no son el centro del mundo y comenzarían a liberar a los que les rodean de su cómoda y fácil tiranía.

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