miércoles, 7 de enero de 2009

CAMINOS CON CORAZÓN



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Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso debes tener siempre presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no deberías seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición.(...) Mira cada camino de cerca y con intención. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Es una pregunta que sólo se hace un hombre muy viejo. Mi benefactor me habló de ella una vez cuando yo era joven, y mi sangre era demasiado vigorosa para que yo la entendiera. Ahora si la entiendo. Te diré cuál es: ¿Tiene corazón este camino? Todos los caminos son lo mismo, no llevan a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. Puedo decir que en mi propia vida he recorrido caminos largos, largos, pero no estoy en ninguna parte. Ahora tiene sentido la pregunta de mi benefactor. ¿Tiene corazón este camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno hace gozoso el viaje. Mientras lo sigas, eres uno con él. El otro te hará maldecir tu vida. Uno te hará fuerte. El otro te debilitará.
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Carlos Castaneda. Las enseñanzas de Don Juan.

Intento recorrer desde hace tiempo caminos que tengan corazón. Estos caminos no son ni mejores ni peores que otros, ni siquiera creo que estén tocados por la mano del destino, ni tampoco que respondan a alguna misión especial. Pero lo que sí es cierto es que me proporcionan serenidad y goce mientras los estoy recorriendo.

A veces se han cruzado en esos senderos otros caminos con corazón. La vida me ha ido enseñando -a veces con golpes- a que debo elegir entre ambos y he ido aprendiendo que no se puede recorrer más de un camino, vivir más de una vida y seguir al ritmo de más de un latido. Entonces, más o menos dolorosamente, me he parado un tiempo a contemplar el que dejaba, convirtiéndose en parte del material de los sueños. Luego, sin más, he seguido de nuevo hacia adelante.


1 comentario:

  1. ¿Qué decir a esto? Todos tenemos caminos que recorrer, y supongo que cuando uno se mete en ellos no sabe muy bien hacia dónde te pueden llevar y lo que nos vamos a encontrar en ellos. La alegría es que, al menos, existen esos caminos, que normalmente somos libres de elegir el que queremos recorrer, y que si uno se acaba suelen aparecer otros nuevos que nos pueden permitir conocer nuevos paisajes, nuevos personajes, nuevas sensaciones... Yo, por mi parte, siempre cojo el que me lleva hacia el abismo, de momento.

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