"La pitonisa me dijo que mi vida cambiaría de forma radical. Pero no me dijo en qué consistiría ese cambio.
Viendo que el tiempo pasaba y todo seguía igual, me divorcié de mi marido, aunque en realidad lo quería, me mudé de ciudad, aunque mi ciudad me gustaba y me busqué un trabajo totalmente distinto al que tenía, aunque la verdad es que el trabajo me daba mucha satisfacción.
Ahora, cuando veo mi vida tan cambiada, echo de menos a mi marido, a mi ciudad y a mi trabajo, pero he llegado a la conclusión de que qué le voy a hacer, si ese era mi destino".
Desgraciadamente, este pequeño relato no deja de ser a veces una triste realidad. Y reafirma la idea de que en realidad somos nosotros los artífices de buena parte de nuestras circunstancias, de las que disfrutamos o padecemos.
Totalmente cierto.
ResponderEliminarLa razón de mi parón es esta: escribo esos pequeños capítulos en clase (producto de las variadas ideas que me circulan mientras "atiendo"), pero hace unas semanas quitaron la conexión, así que paré. Pero he descubierto una forma de reconectarme en clase.
Esto es un dilema moral, debería atender y no vulnerar las normas docentes, pero eso supone poner freno al proceso creativo.
Me alegra profundamente que te gusten mis relatos. Espero no decepcionarte en futuras entregas. Respecto a lo de publicarlo... por ahora me conformo con dejarlo en Internet.