jueves, 31 de enero de 2008

NOSTALGIA


Ayer, 28 de Febrero, quedé con los amigos de siempre, esos con los que he compartido mil cosas cuando éramos una piña, cuando sabíamos que no pasaría mucho tiempo antes de vernos de nuevo.
Pero las circunstancias han cambiado, y ayer cuando quedamos después de tanto tiempo sin vernos, descubro que ya ni somos piña ni somos apenas algo más que conocidos.
No soy una persona que viva en el pasado, ni siquiera en el futuro, pero ayer me sentí llena de esa cosa amarga que se llama nostalgia y hoy me he levantado con el alma revuelta, algo triste, un poco del revés. Sé que debo controlar a esta pobre alma mía que quiere mirar atrás y recrearse en los recuerdos, ser realista y seguir disfrutando del presente, que es lo mejor que sé hacer. Sin embargo he tomado una decisión: Hoy, y sólo hoy, viviré en la nostalgia, me permitiré recordarlos en cada detalle y llorar si es preciso. Me concedo permiso para no frustar un sentimiento que es humano porque nunca he sido de piedra, para rendirles un homenaje, porque fueron el mejor regalo que puede tener una persona en su vida, aunque ya no pueda disfrutarlos.
Mañana será otro día, lo sé. Lleno de todos los ingredientes que yo decida echar. Pero hoy me rindo a la nostalgia y doy camino libre a los recuerdos.

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