miércoles, 29 de julio de 2009

DE VIAJE



"El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en descubrir nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos".

M. Proust


Está claro que aquel que es capaz de deshacerse del automatismo y la costumbre, ve el mundo como si todos los días fueran una aventura. Sin embargo, viajar de verdad tiene sus ventajas. Por ejemplo, ahora que desde mañana voy a pasar diez días en el lugar de los trasgos y las bruxas, voy a intentar que me entreguen la poción mágica que ando buscando. También podré respirar aire verde y buscar refugio en el abrazo de unas montañas muy altas. Aprovecharé para revisar mis alas, por si acaso algún día se me olvidó cómo volar. Me gustaría además que me contaran un cuento muy antiguo donde dejar de ser narradora. Y por último, dejar que me hable una estrella, quizás como están más cerca y hay más silencio, las puedo escuchar mejor...

(Si enredas tus alas a las mías, te llevaré conmigo. Si no, de todas formas, te llevaré conmigo).

lunes, 27 de julio de 2009



El otro día leí en un libro una pregunta que a veces deberíamos plantearnos todos:


"¿Qué estás haciendo para encontrar la libertad que crees que no tienes?"

viernes, 24 de julio de 2009



A veces hasta de los dibujos animados más infantiles se pueden sacar frases interesantes. Esta me lo pareció:


"Eres más valiente de lo que te crees, más listo de lo que piensas y mucho más fuerte de lo que te imaginas".



lunes, 20 de julio de 2009

DE CRISTAL



Aunque no sea de cristal, quiero que me traten como si lo fuese.

Aunque fuera como el mismo roble. Eso es lo de menos.


jueves, 16 de julio de 2009



Del libro 101 buenos motivos para ser niño, de Beatrice Masini, he escogido algunos de ellos, los que me han parecido más interesantes:

-Se puede armar una enorme pataleta para conseguir algo que deseas con todas tus fuerzas.
-Se puede pintarrajear las paredes de casa; son muy aburridas todas blancas.
-Se puede hacer muecas a las personas de los otros coches cuando vas por la autopista.
-Te puedes ensuciar muchísimo la camiseta limpia que te acaban de poner.

-Cuando no eres capaz de hacer una cosa, siempre puedes decir: "es que soy muy pequeño".

-Uno puede tener miedo a la oscuridad.

-Uno puede tener miedo de los monstruos.
-Puedes hacerte mimar cuando algo te da miedo.

-Puedes hacer todas las preguntas que te dé la gana.

-Uno puede decidir qué va a ser de mayor. Y puede cambiar de opinión cuando le dé la gana.

-Uno puede pedir ayuda para hacer los deberes.
-Puedes pedir a la abuela que te compre ese regalo que tanto te gusta. Las abuelas siempre dicen sí.
-Siempre puedes decir: "estoy cansado", "no lo entiendo", "tengo hambre", "dame un besito".

-Cuando has hecho algo mal puedes decir "lo siento" y todo se arregla. Cuando eres mayor, ya no es tan fácil.

-Puedes hacer los dibujos más feos del mundo y puedes estar seguro de que habrá alguien que te diga que son preciosos.
-Puedes hacer un montón de cosas por primera vez.
-Puedes estar contento sin ningún motivo.


Ahora yo añado los míos:

-Puedes abrazar a quien te apetezca.

-Puedes decir toda la verdad aunque sea inútil o inconveniente.
-Puedes mirar embobado a una persona sin importarte si te ruborizas.

-Puedes dormir con un trapito suave.
-Puedes escribir te quiero por todas partes.

-Pero sobre todo, puedes creerte que cualquier cosa, cualquiera, puede ser posible...

¿Alguien añade alguno más?

lunes, 13 de julio de 2009

EL ARTE DE PERDER (II)



Si perdemos a una persona a la que querríamos olvidar, siempre viene bien convertirla en fantasma, y aprender a vivir con su espectro -aunque nos duela- cuando a ratos aparezca.

Pero a veces perdemos a alguien al que no nos hace mal recordar, incluso su recuerdo nos reconforta. Si esto nos pasa, siempre podemos convertirlo en sombra y dedicarle esta canción...



viernes, 10 de julio de 2009

EL ARTE DE PERDER (I)


Nos llevamos toda la vida perdiendo cosas. Y no sólo paraguas o bolígrafos. Se pierden posesiones, trabajos, viejas fotografías, ilusiones, libros, cartas importantes, recuerdos, seres humanos... El arte de perder es un arte que deberíamos aprender todos desde pequeños, porque en esta vida, si hay algo seguro con lo que debemos contar siempre es con la pérdida.

Conocí una vez a una persona a la que se le había incendiado el piso en el que vivía. Perdió todo cuanto poseía, todo. Pero lo que más impactaba de todo esto es que no solo no soltó ni una sola lágrima, sino que al día siguiente cuando reaccionó, sonrió, se encogió de hombros y dijo:

-Bueno, una buena excusa para renovarlo todo, incluso mis recuerdos.

No era ni mucho menos rica, pero sí tenía en su poder algo muy valioso: la fuerza del que ha aprendido a perder y a sacar el máximo provecho a esa pérdida.

Este poema habla de todo esto, aunque nadie dice que siempre sea fácil...

"El arte de perder no es difícil de adquirir.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse, que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta el tumulto
de llaves de puertas perdidas, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Practica entonces perder más aún, y más rápido:
lugares, nombres, y el sitio al que se suponía
que viajarías. Nada de esto será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre, y -¡mira!- la última, o
penúltima de tres casas que amaba se fue.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.

Hasta al perderte a ti (la voz que ríe, un gesto
que amo) no habré mentido. Es evidente que
el arte de perder no es demasiado difícil de adquirir,
aunque parezca algunas veces un verdadero desastre".

Elizabeth Bishop


sábado, 4 de julio de 2009



Me voy unos días al campo.

Allí no hay teclas de ordenador, así que escribiré sobre un papel.

Allí me despertaré con el color verde; allí me acostaré mirando el cielo lleno de puntos plateados.

Si veo una estrella fugaz, le pediré tu deseo.



jueves, 2 de julio de 2009

PARA EL NUDO EN LA GARGANTA


Cierra los ojos. Imagínate algo. Vas andando por un bello paisaje. Llevas una maleta muy pesada, llena de todas las preocupaciones, quehaceres, deseos insatisfechos, frustraciones, tristezas y algún nudo que llevabas en la garganta... La maleta es muy pesada, así que la dejas en la rama de un árbol, un árbol destinado a recoger maletas pesadas. Ahora te sientes ligero, nada te preocupa, te sientes libre.

Llegas a una montaña muy alta. Subes sin ninguna dificultad. En la cima puedes observar el mundo, quieto y silencioso. Entonces poco a poco te conviertes en un gran halcón y sin pensarlo te dejas caer desde la cima y despliegas tus alas. Inicias el vuelo. Sientes el viento en la cara y el vértigo de estar volando allí solo, sintiendo claramente el misterio de estar vivo.


Ahora aparece otra ave como tú. Te mira. Habláis con la mirada. Entonces te acercas a ella y ella se acerca a ti. Nada ni nadie os lo impide. Voláis los dos juntos compartiendo el vuelo. Puedes estar así el tiempo que quieras.
..

Cuando tú lo decides, vuelves a la montaña y recobras tu figura humana. Bajas al suelo de nuevo y recoges tu maleta. Está menos pesada que antes. La abres. Descubres que dentro de ella hay un pequeño mensaje para todo lo que te pesaba. Los lees. Esto lleva su tiempo...

Ya puedes abrir los ojos. Cuando quieras puedes volver a este mundo. Allí te estarán esperando el árbol, las alas y si tú quieres, el ave que vuela a tu lado. Que siempre volará a tu lado.