lunes, 15 de junio de 2009
AMOR ADOLESCENTE
Algunas adolescentes me cuentan sus enamoramientos y desamores, y más de una vez me he sorprendido al comprobar cómo se fijan en el chico más golfo del instituto, en el líder negativo, en el que aparentemente está más seguro de sí mismo, el que parece tener a todas a sus pies y el mundo en sus manos. Ellas, arrebatadas por este encantamiento, se pegan inevitablemente el batacazo más grande la mayoría de las veces, porque por supuesto, ese amado capitán aventura las deja con el corazón maltrecho. Nuestras heroínas querían lograr la difícil hazaña de ser ellas las princesas especiales que redimieran al villano.
Cómo convencerlas de que busquen a alguien que las quiera tanto que no sea capaz de hacerles daño, alguien que las cuide, alguien en quien confiar -no de quien pordiosear una pizca de cariño-, alguien por quien se sientan amadas de verdad. En definitiva, lo que todos deberíamos querer y no conformarnos con menos.
La historias se repiten dentro del mundo adolescente, pero ellas están empezando en esto del amor y están regidas por unas hormonas demasiado locas. En este caso deben pegarse cuantos batacazos sean necesarios, porque si son listas, esas experiencias les ayudarán a saber lo que no quieren de una relación en el futuro y lo que no están dispuestas a tolerar.
Algunos adultos también deberían aprender esto. Porque nunca es tarde para empezar a quererse, para hacerse respetar y para saber que la felicidad está antes que el amor, por mucho que nos duela.
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¡Ay, cuántos kilómetros hablando sobre este tema!¡Cómo los echaré de menos durante este ardiente veranito que nos espera! Y si sólo fueran adolescentes a los que les ocurre esto tendría un pase, pero ya conocemos a más de una que está en el mismo plan, y nada, que no maduran las "petardas". Nada, nada, a mis "cabrones" me remito. Ahí está "elavangelio", como diría un castizo. Abur
ResponderEliminarAcabo de descubrir el blog de casualidad y ANONADADA me has dejado por ésta primera entrada que he leído, ¡ésto promete! Sigo leyendo!
ResponderEliminarUn saludo.