viernes, 26 de junio de 2009

EL SECRETO


SECRETO

Antes yo no sabía

por qué debemos todos

-día tras día-


seguir siempre adelante

hasta como se dice

que el cuerpo aguante.


Ahora sí lo sé.

Si te vienes conmigo
te lo diré.


José Agustín Goytisolo

lunes, 22 de junio de 2009

EL ÉXITO


Ventana sobre un hombre de éxito

No puede mirar la luna sin calcular la distancia.
No puede mirar un árbol sin calcular la leña.
No puede mirar un cuadro sin calcular el precio.
No puede mirar un hombre sin calcular la ventaja.
No puede mirar una mujer sin calcular el riesgo.

Eduardo Galeano

Afortunados aquellos sin tanto éxito que un día decidieron romper la calculadora...

viernes, 19 de junio de 2009

ESCONDITES



Dicen que en la oscuridad se esconde la luz.

También dicen que en el desierto, si sabes buscar, aparece un oasis.

Incluso en la caja de Pandora se esconde la esperanza.

Hay quien afirma que en el interior de una crisis se haya una nueva oportunidad.

Y hasta el sabio asegura que dentro de una mala experiencia se encuentra la sabiduría.

Si seguimos hablando de escondites, hoy creo, estoy segura, que en todo ser humano, en todos, se esconde un diamante.

Los hay muy brillantes.

Como el tuyo.


lunes, 15 de junio de 2009

AMOR ADOLESCENTE



Algunas adolescentes me cuentan sus enamoramientos y desamores, y más de una vez me he sorprendido al comprobar cómo se fijan en el chico más golfo del instituto, en el líder negativo, en el que aparentemente está más seguro de sí mismo, el que parece tener a todas a sus pies y el mundo en sus manos. Ellas, arrebatadas por este encantamiento, se pegan inevitablemente el batacazo más grande la mayoría de las veces, porque por supuesto, ese amado capitán aventura las deja con el corazón maltrecho. Nuestras heroínas querían lograr la difícil hazaña de ser ellas las princesas especiales que redimieran al villano.

Cómo convencerlas de que busquen a alguien que las quiera tanto que no sea capaz de hacerles daño, alguien que las cuide, alguien en quien confiar -no de quien pordiosear una pizca de cariño-, alguien por quien se sientan amadas de verdad.
En definitiva, lo que todos deberíamos querer y no conformarnos con menos.

La historias se repiten dentro del mundo adolescente, pero ellas están empezando en esto del amor y están regidas por unas hormonas demasiado locas. En este caso deben pegarse cuantos batacazos sean necesarios, porque si son listas, esas experiencias les ayudarán a saber lo que no quieren de una relación en el futuro y lo que no están dispuestas a tolerar.


Algunos adultos también deberían aprender esto. Porque nunca es tarde para empezar a quererse, para hacerse respetar y para saber que la felicidad está antes que el amor, por mucho que nos duela.

miércoles, 10 de junio de 2009

EL MEJOR DÍA DE MI VIDA




Hoy es el mejor día de mi vida. Me he despertado viva, me he asomado a la ventana y me he tragado un rayo de sol.

Por las calles los árboles me hablaban.

lunes, 8 de junio de 2009

¡AY, NO!



-¡Qué buen día hace! -dijo la gallina negra una mañana muy temprano-. ¡Venga, vámonos de excursión!
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca, y puso un huevo en menos que canta un gallo-. El tiempo cambiará... Veo una nube sobre la montaña.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra mientras traía la carretilla-. Nos llevaremos el paraguas grande.
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca mientras recogía la mesa del desayuno-. ¡No tenemos nada que llevarnos para comer!
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra abriendo el armario de la cocina-. Con algo de pan y unas manzanas es más que suficiente.
-¡Ay, no!-dijo la gallina blanca con un suspiro-. Hoy prefiero quedarme a terminar de leer mi libro.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra-. ¡Nos llevaremos también el libro!
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca sonándose el pico-. Sabes que me resfrío con mucha facilidad.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra sacando la chaqueta del cajón-. Todavía queda sitio en la carretilla.
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca señalando sus pies-. Ya sabes que mis callos están delicados.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra-. ¡Nos llevaremos las tiritas!
-¡Ay, no!-dijo la gallina blanca cuando por fin se decidió a salir-. ¡Hace mucho calor!
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra-. ¡Pues quítate el sombrero!
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca, que ya estaba cansada-. La carretilla pesa demasiado.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra tirando la chaqueta fuera de la carretilla-. Estoy segura de que no la vamos a necesitar.
-¡Ay, no! -dijo la gallina blanca-. Lo pies me duelen muchísimo.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra-. Aquí tengo una tirita.
-¡Ay, sí! -dijo la gallina blanca. Cogió el libro, el pan y las manzanas y dejó caer la carretilla por la cuesta.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina negra viendo cómo se alejaba la carretilla.
-¡Qué hermoso lugar! -dijo la gallina blanca-. ¡Comamos bajo el abedul!

Fue un día estupendo, y al final, las dos estaban muy cansadas. Pero empezó a llover.

-¡Ay, no! -dijo la gallina negra cuando se despertó.
-¡Y qué más da! -dijo la gallina blanca riéndose.


ROTRAUT SUSANNE BERNER

¿Con qué gallina nos sentimos identificados? ¿Qué gallina querríamos ser? ¿No serán las dos gallinas las dos caras de una misma persona que puede elegir qué actitud tomar en la vida?

lunes, 1 de junio de 2009

CONCIENCIA CONSTANTE



"Ningún alumno Zen se atrevería a enseñar a los demás hasta haber vivido con su Maestro al menos durante diez años.

Después de diez años de aprendizaje, Tenno se convirtió en maestro.
Un día fue a visitar a su Maestro Nan-in. Era un día lluvioso, de modo que Tenno llevaba chanclos de madera y portaba un paraguas. Cuando Tenno llegó, Nan-in le dijo:

— Has dejado tus chanclos y tu paraguas a la entrada, ¿no es así? Pues bien: ¿puedes decirme si has colocado el paraguas a la derecha o a la izquierda de los chanclos?

Tenno no supo responder y quedó confuso. Se dio cuenta entonces de que no había sido capaz de practicar la conciencia constante. De modo que se hizo alumno de Nan-in y estudió otros diez años hasta que por fin la obtuvo.


El hombre que es constantemente consciente, el hombre que está totalmente presente en cada momento: ése es el Maestro".
Anthony de Mello

¿Será posible que algún día podamos de verdad estar donde estamos, oler lo que olemos, sentir lo que sentimos y observar lo que observamos...? ¿Podremos algún día permanecer simplemente en el presente, vivir el segundo que nos toca, dejar de ocuparnos -preocuparnos- por el futuro o acordarnos del pasado? ¿Será posible algún día dejar de atormentarnos por todo aquello que tenemos que hacer, en vez de hacerlo lentamente, al ritmo natural de las cosas, observar todas esas cosas desde arriba y no dejar que nos aplasten desde abajo?

¿Será posible que alguien nos pregunte algún día que por dónde hemos caminado y seamos capaces de describirle hasta el último centímetro de tierra que han pisado nuestros pies...?