Hace unos años alguien me dijo que vivía en dos niveles de existencia. Por un lado estaba su realidad y por otro, su fantasía. Me dijo que él tenía estos dos territorios bien diferenciados y que se permitía gozar de ambos sin ser incompatibles. En ese momento pensé que era triste que su realidad no le satisficiera tanto como para tener que recurrir a la fantasía, porque por mi naturaleza -para bien y para mal- prefiero vivir las cosas que sólo imaginarlas. Sin embargo cuanto más tiempo pasa, más recuerdo sus palabras y más de acuerdo estoy con él.
Hoy admito un espacio de fantasía en mi cabeza. Porque hay cosas a las que la realidad no llega.
A veces se piensa que la imaginación es una vía de escape. Yo soy más proclive que la imaginación y la fantasía son rasgos que nos engrandecen. Sin ella no existirían las grandes historias. Sin ellas no se crearía nada nuevo.
ResponderEliminarUn beso, Kindlist
Ese es uno de mis grandes problemas: fantasear sobre lo que no tengo, porque idealizo las cosas, me meto en la piel de los personajes que leo o veo, siento y sufro como ellos, y al acabar todo vuelvo a la cruda realidad, de tal forma que el sufrimiento es doble. ¡Ay,amiga, cuándo terminará todo esto!
ResponderEliminarLa fantasía me encanta. Me permite sentir, ilusionarme,amar,proyectar. Etc.
ResponderEliminarLa fantasia me hace creer.
Gracias por tus palabras.