LA FANTASÍA

Hace unos años alguien me dijo que vivía en dos niveles de existencia. Por un lado estaba su realidad y por otro, su fantasía. Me dijo que él tenía estos dos territorios bien diferenciados y que se permitía gozar de ambos sin ser incompatibles. En ese momento pensé que era triste que su realidad no le satisficiera tanto como para tener que recurrir a la fantasía, porque por mi naturaleza -para bien y para mal- prefiero vivir las cosas que sólo imaginarlas. Sin embargo cuanto más tiempo pasa, más recuerdo sus palabras y más de acuerdo estoy con él.

Hoy admito un espacio de fantasía en mi cabeza. Porque hay cosas a las que la realidad no llega.

POBRES

Hay personas que aman intensamente solo al principio de una relación, embelesadas por el embrujo del enamoramiento. Para ellas todo es maravilloso en ese ideal que han fabricado y proyectado en el otro.

Con estas personas hay que tener cuidado, me decía un amigo ayer, porque al primer defecto que encuentran, el frágil castillo en el aire se les desmorona, todo aquello que han vivido con la pareja deja de tener valor para ellas y sin más, abandonan la relación.

Pobres. Se pierden lo más difícil, es cierto. Pero también lo más profundo, el conocimiento total del misterio que es una persona.

Hay seres humanos que simplemente no saben amar. Quizás porque no han aprendido tampoco a amarse a sí mismos.

VENTANA SOBRE LA MEMORIA

"A orillas de otro mar, otro alfarero se retira en sus años tardíos. Se le nublan los ojos, las manos le tiemblan, ha llegado la hora del adiós. Entonces ocurre la ceremonia de la iniciación: el alfarero viejo ofrece al alfarero joven su pieza mejor. Así manda la tradición entre los indios del noroeste de América: el artista que se va entrega su obra maestra al artista que se inicia.Y el alfarero joven no guarda esa vasija perfecta para contemplarla y admirarla, sino que la estrella contra el suelo, la rompe en mil pedacitos, recoge los pedacitos y los incorpora a su arcilla".

EDUARDO GALEANO

¿No deberíamos hacer con nuestro pasado -bueno o malo- lo mismo que el alfarero, romperlo e incorporar sus trocitos a la memoria, para fabricar nuestra obra de arte presente?

CASI

El otro día encontré en la Biblioteca este cuento para niños. Lo resumo:

"A Ramón le encantaba dibujar. (En realidad dibujaba casi todo el tiempo y cualquier cosa que veía).

Un día estaba dibujando un jarrón con flores. Su hermano León se asomó por detrás para ver lo que hacía. León soltó una carcajada.

-¿Qué es eso? -dijo.

Ramón ni siquiera respondió. Solo arrugó el dibujo y lo tiró al otro lado de la habitación.

La burla de León hizo que Ramón se obsesionara con tratar de dibujar lo más exacto posible al modelo. Pero nunca lo conseguía. Siempre arrugaba el dibujo y lo tiraba al suelo hecho una pelota. Marisol, su hermana, lo miraba.

-Solo quería ver cómo dibujas.

-Ya no dibujo, ¡lárgate! -le contestó Ramón enfadado.

Marisol salió corriendo, pero con una bola de papel arrugado en la mano.

-¡Eh, vuelve aquí con eso!- le dijo Ramón persiguiéndola por el pasillo hasta que llegó a la habitación de Marisol.

(La hermana tenía sin él saberlo, muchos de sus dibujos arrugados colgados en las paredes).

-Este es uno de mis favoritos- señaló Marisol.

-Pretendía ser un jarrón con flores -dijo Ramón-, aunque no lo parezca.

-Bueno, ¡parece en CASI-jarrón!- exclamó ella.

Ramón miró con atención todos los dibujos que había en la pared y comenzó a verlos de una manera completamente nueva. Se sintió inspirado y con fuerzas al permitirse el CASI. Las ideas le fluían libremente. Comenzó a dibujar lo que sentía sin pensar, con trazos seguros y sin preocuparse. Haciendo CASI-dibujos se sentía maravillosamente bien.

Y Ramón fue CASI-feliz desde entonces".

Peter Reynolds. CASI

Hay un aforismo que leí hace tiempo de un autor que no recuerdo que dice:

"Esperar una felicidad demasiado grande es un impedimento para la propia felicidad".

A lo mejor evitaríamos muchas frustraciones si nos permitiéramos el CASI en nuestras vidas.

LOS LOBOS

Un indio muy sabio se encontraba enseñando a su pequeño nieto una de las lecciones más importantes de la vida. Le contó al pequeño niño la siguiente parábola:

-Existe una pelea dentro de cada uno de nosotros. Es una terrible pelea entre dos lobos -le dijo-. Un lobo es malo. Es furia, rabia, envidia, remordimiento, avaricia, arrogancia, auto compasión, resentimiento, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego. El segundo lobo es bueno. Es alegría, paz, amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, empatía, verdad, compasión y fe.

El nieto pensó sobre esto un momento. Entonces le preguntó al abuelo:

-¿Qué lobo ganará esta pelea?

El abuelo simplemente respondió:

-El que tú más alimentes.

JAUME SOLER. La vida viene a cuento.

Este cuento rompe con todo determinismo. Porque viene a decir que no somos buenos ni malos, sino que son nuestras elecciones las que determinan nuestros actos y comportamientos. No nos sintamos entonces mejores o peores que los demás, porque todos tenemos dentro las mismas semillas. Sintamos que hemos sabido elegir más o menos acertadamente unas u otras, pero que no forman parte de ningún carácter impuesto por nuestros genes. Dejarse llevar por ellos es muestra de comodidad psíquica, no de una forma de ser inamovible.

Me gusta la idea de que todos tenemos el poder de elegir ser cobardes, envidiosos o egoístas y también absolutamente maravillosos, porque desde esta perspectiva, siempre podemos cambiar de dirección. Y podremos alimentar al lobo que más satisfacciones nos dé. Y dejar morir de hambre al otro cuando así lo decidamos.