jueves, 26 de febrero de 2009
UNA TERCERA OPCIÓN
POEMA DE BILLY COLLINS
Algunos días pongo a la gente en sus sitios en la mesa,
les doblo las rodillas,
si se puede
y los siento en las sillitas de madera.
Pasan la tarde mirándose,
el hombre del traje marrón,
la mujer del vestido azul
completamente inmóviles, bien educados.
Pero otros días, es a mí
a quien cogen por los riñones,
me introducen en el comedor de una casa de muñecas
y me sientan con los demás ante la larga mesa.
Muy gracioso,
pero ¿te gustaría
no saber hoy
qué vas a hacer mañana,
dar vueltas por ahí como un dios vívido,
con los hombros en las nubes,
o sentarte entre el papel pintado,
mirando al frente con tu carita de plástico?
Realmente aterrador este poema. Tanto que ofrezco una tercera opción:
¿Qué tal si todos los días tratamos de que no nos cojan por los riñones y nos manejen al antojo, y también procuramos por el contrario no manipular a los demás, haciendo de ellos muñecos que alivien y colmen nuestras necesidades?
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