domingo, 21 de septiembre de 2008

RINCONES


En un rincón de mi cerebro, te he dejado vivir y no me importa.
Allí bailamos a veces o te cuento aquellas cosas que me gusta compartir sólo contigo. A menudo invento puestas de soles, o vías lácteas para mirar a tu lado.

A veces te visito a diario y otras, pasan días en los que no me acuerdo de que existes aún en mi cabeza.

Que conste que podría echarte si quisiera, que sé dónde está el interruptor para apagar el recuerdo, y actuar como si nunca hubieras existido. Pero de momento, me hace bien tenerte como superviviente en ese rincón de mi cerebro. Donde te he dejado vivir. Para que no te mueras del todo.

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