He hecho muchas tonterías en mi vida. Hablar demasiado cuando debía haber callado, callar cuando debía haber hablado, precipitarme en mil proyectos en los que quinientos no eran realistas, confundir algún que otro sentimiento, no saber bien quién fue quién y cómo, saltar sin paracaídas en alguna ocasión, ser ingrata, ciega o sorda en algunas otras, herir sin querer, dejarme herir también, fumar algún cigarro... Sin embargo, depués pienso en todos los aciertos que he tenido, y doy gracias a mis tonterías porque ellas forman parte del camino de los aciertos, y me doy gracias también por permitirme fallar y perdonarme en seguida, por aquello de quererme y no detenerme más de lo necesario en los errores.
Dice Milan Kundera que en la vida no hay tiempo para ensayar bocetos, sino que hay que pintar directamente el cuadro. Aunque el cuadro de mi vida tenga algún que otro borrón, sigo pintando, sigo inventando, sigo creciendo.
lunes, 3 de marzo de 2008
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Es que así es lavida, además los errores de otros momentos muchas veces terminan siendo aciertos de ahora
ResponderEliminarmartuki