viernes, 4 de enero de 2008

Me llaman bruja





Dicen por ahí las malas lenguas que soy bruja. Y sólo porque hago alquimia con mi cerebro. Me llaman bruja porque transformo la piedra en silla y cambio el oro por la madera. Me llaman bruja porque tengo pintadas las uñas con tinta invisible, porque fumo aire y porque como pétalos de vez en cuando, sobre todo cuando huelo a humo. Me llaman bruja porque construyo con lo roto, porque me subo a los árboles y porque hablo con las montañas.
Me llaman bruja, y no me importa. Por eso, a pesar de todo, sigo invitando a quien se atreva a dar una vueltecita por el cielo con mi escoba mágica.

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