De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos
está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca
está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.
Mario Benedetti
No se me ocurre otra forma mejor de finalizar este blog, que este poema de Benedetti. Espero que siempre dejemos entrar a la alegría cuando tire piedritas en la ventana, que estemos atentos a ese ruido por muy minúsculo que sea. Sé que lo hace todos los días, solo hay que agudizar el oído.
Gracias a todos los que habéis pasado en alguna ocasión por este sitio y sobre todo a aquellos que me habéis regalado alguna vez vuestras palabras.
Hasta siempre.