sábado, 30 de enero de 2010
Beber agua es una fiesta.
Oler la lluvia es una fiesta.
Dormir con una manta en invierno es una fiesta.
Saludar al panadero es una fiesta.
Tocar la piel de un niño es una fiesta.
Levantarse al caerse es una fiesta.
Aprender a andar de nuevo es una fiesta.
Observar el vuelo de una mosca es una fiesta.
Ver crecer una semilla es una fiesta.
Escuchar el ritmo del mundo es una fiesta.
El baile de la vida es una fiesta.
Hoy quiero bailarla toda la noche, incluso cuando esté dormida.
martes, 19 de enero de 2010
Tengo una brujita escondida en una caja. Ella prepara las fórmulas mágicas para disfrutar del día. Ella es la encargada de poner en marcha la alquimia cuando es necesaria; ella es la que me presta su escoba para volar. Y cuando me llevo demasiado tiempo dentro de mí misma, la brujita siempre me dice que abra muy bien los ojos, para que nunca me olvide de mirar hacia fuera.
viernes, 15 de enero de 2010
Hoy quiero decirte, para que nunca nunca lo olvides,
-ni cuando no haya nadie que te lo diga,
-ni cuando todos a tu alrededor parezcan no darse cuenta,
-ni cuando seas un ancianito que lentamente camina,
-ni cuando creas decepcionar a alguien,
-ni cuando te sientas incomprendido,
-ni cuando te parezca que no te lo mereces,
-ni cuando creas que espero algo a cambio por decírtelo,
-ni cuando pienses que no hay nadie que te quiera así tal como eres,
-ni cuando yo ya no esté aquí para recordártelo,
que eres un ser extraordinariamente maravilloso.
martes, 5 de enero de 2010
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
He pedido a los Reyes Magos una Antología poética de Mario Benedetti -El amor, las mujeres y la vida-, un cuaderno para escribir y, como me ha aconsejado mi hija que me conoce bien, unos cuantos polvos mágicos de hada para volar.
-Aunque mamá... se puede volar sin polvos de hada, ¿verdad?
Y me río. Porque es verdad. Ella lo sabe. Porque ella hace tiempo que aprendió a volar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)